jueves, 16 de noviembre de 2017

El miedo es libre.

Llevo años escribiendo el día que me gusta vivir y no me va mal. A veces creo que podía escribir días aciagos, serían días muy parecidos a los que vivo y no a los que escribo. Pero sería injusto. O escribo a la buena suerte y a la mejor gente o al porvenir que llegará sin duda con un amor en bandolera. Me gusta escribir positivo y cuando no lo consigo no lo publico. Y si lo publico, pongo en conocimiento a quien pueda interesar que es mentira. Aunque a veces escribo tristezas para que no se olvide que las cosas van mal y pueden ir a peor. Que sería como pagar a un electricista para que cambie la bombilla fundida del pasillo. ¿Recuerdan la bombilla fundida del pasillo? Si no llego a pagar un pastizal a un electricista hubiera acabado viviendo de la caridad porque las damas de buen amor no existen. Y sin embargo... (la reforma de la cocina ni la menciono. Mi esposa delegó en mí y yo en El Corte Inglés: que sea lo que Dios quiera). 

Patricia dice que Ian quiere que sea cirujano porque ganan mucho dinero. Pues no, para ganar dinero, mucho dinero, ninguna profesión como la de electricista. Los ahorros del mes para una chapuza. Lo bueno que hice las paces con mi esposa y ahora pecamos más que siempre. Le pedí perdón, yo no soy de mucho pedir perdón, pero sino el miedo la espada de Damocles que viene a ser lo mismo pero en frío, como la venganza. Y eso es todo. Una vez más ganó el amor. También el electricista. Vale el decir popular: "Lo que puedas hacer hoy no lo dejes para mañana". Gracias.

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