lunes, 30 de octubre de 2017

Se busca una amiga en un país escabroso.

Se busca una mujer joven y bella que le guste el café y las pastas de té. Me siento solo y me vendría bien una amiga, pero ya digo, ha de ser joven y bella, al menos como Shakira (por favor, absténganse las mujeres que no reúnan ese perfil maravilloso). El café y las pastas de té corren de mi cuenta. Mi propósito es sano. En realidad busco una amiga, y ya digo que Shakira sin Piqué sería ideal, pero con que no sea otra decepción me conformo. Puesto que la amistad es selectiva, y va en serio, me gustaría que fuera una mujer que no apareciera en mi vida por motivos tristes, ay, para triste me sobro. Un día, y qué cosa curiosa, me obligaron a hacer la primera comunión y el cura me dijo que tenía que confesar mis pecados. ¿Qué pecados puede haber cometido un niño con siete u ocho años? Entonces le pregunté a otro cura y pasé la prueba con nota. La primera vez que mentí en mi vida me obligó un cura. Otro cura me enseñó a mentir y creo que fue el día de mi primera comunión cuando perdí la inocencia. Suponiendo que un día llegue a tener una amiga no le mentiría. Por eso y lo que me callo, qué difícil es vivir en un país escabroso si no estás muerto. Por cierto, en casa, no volvimos a hablar de la amiga muerta de mi esposa, supongo que la máxima autoridad del pueblo de Patricia haya ordenado su entierro. Amén. Si algo tengo que agradecerle a la vida, además de seguir vivo, bueno, lo de seguir vivo se lo agradezco a mi esposa, pero ese no será tema a debatir en de soslayo, es haber encontrado Les Seniaes. Aunque el resabio de mentir lo mantengo desde el día que hice la primera comunión. Es darse cuenta cuando la fe desata el potencial de una semilla y extrae lo mejor y lo convierte en lo peor... tú haz siempre lo correcto, le digo a Ian. Pues eso, como si se lo dijera al cura de mi primera comunión. Quien se mira el ombligo es esclavo de sus miedos. Hablando del miedo, allí donde el miedo campa a sus anchas es precisamente donde lo posible se hace imposible. Verbigracia: una patria a quien amar, una bandera a quien besar, un héroe a quien honrar, y en ese plan. La esperanza, no me canso. Mientras llega el día, yo a lo mío: Se busca una amiga en un país escabroso. Gracias.

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