lunes, 27 de febrero de 2017

Pan, trabajo y dignidad.

Las Marchas de la Dignidad el sábado en Madrid, Barcelona, Valencia; la España de los españoles pretende retomar la lucha por las pensiones y los derechos laborales, se trata de volver a reivindicar lo que nos pertenece antes de que se lo lleven envuelto en papel de fino regalo y con lacito. Una mente impaciente dispuesta a juzgar necesita de oídos y ojos y de un obrar en consecuencia. En este país transcurren los años y la arrogancia y prepotencia de los políticos que nos gobiernan son ejemplos fervorosos de lo que nunca debieron ser. Su oratoria convence y no hacen otra cosa que burlarse. A confesión de parte, relevo de pruebas. Y dale a la rueda de la corrupción que la culpa no tiene dueño.

El asunto es agotador y va para peor, pero seguimos viviendo tiempos de cambio y no podemos quedarnos atrás, no podemos perder más tiempo, tenemos que volver recobrar la dignidad, volver por nuestros pasos; seguimos atraídos por el poder y obsesionados por el dinero que no llega a fin de mes. Esas libertades son falsas y desiguales. Vivimos de todo un poco y mal; vivimos una mentira inmensa. Todo el mundo oculta algo: la realidad es pura falsedad.

Detrás de un nostalgia se esconde una verdad. Recuerdo a Eugenio que de la verdad decía que la mentira necesita compartirse sutilmente con la verdad y luego penetrar confusa donde pueda hacer daño. Afirmaba que la verdad y la mentira son parecidas y si se comparten desapasionadas siempre habrá alguien que no sabrá discernir una de otra. Se pudiera decir que para no confundirnos y salir malparados convendría elegir una de las dos... ¿Qué tiempos y qué cambio, y a qué viene el cuento de que si no somos más competitivos nos podemos quedar atrás? ¿Atrás de quién o de qué si no llegamos a fin de mes? Vale pues la reflexión de Pedro Calderón de la Barca: "quien vive sin pensar, no puede decir que vive". (Dame vida o dame muerte, pero no me quites la esperanza de mañana y la fe en verdad). El tiempo es el maestro que nos enseña si tenemos paciencia y ponemos atención. Nos han hecho mucho daño pero no todo está perdido. El común de los mortales somos multitud y no estamos de acuerdo con la porción de migajas: será que es luna nueva, primavera o simplemente amaneció un día con ganas de vivir o de morir por una causa impulsiva: Pan, trabajo y dignidad. (Nunca es tarde). Gracias... (de nada).

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