lunes, 23 de enero de 2017

En de soslayo.

De dos, uno siempre pierde. Hablo de amistad, y de una amiga allende de su hermosura que no se encuentra porque tal vez se ha perdido entre las palabras de un texto sin sentido y sin sintaxis. En de soslayo.

Digo que de dos uno siempre pierde y hablo de amistad, de dos amigos, ella mujer y él yo: pierdo yo. La amistad es un mal negocio para el hombre. O igual tengo mala suerte. No sé, pudiera ser. Antes era mucho mejor, la mujer iba al matrimonio con la dote del padre y ahora son huérfanas de padre y madre y van al matrimonio con promesas. Ya sé que el matrimonio no es amistad, pero una promesa es menos que las palabras de un texto sin sentido y sin sintaxis.

Vale, es cierto, de un tiempo a esta parte no te nombro en de soslayo, pero te sueño, y si te sueño existes. Mientras te sueñe te puedes dar con un canto rodado en el pecho porque existes. No te enojes: casi todos mis sueños y todos mis días los tengo comprometidos con Ian. Tú eres abuela y eres más vieja que yo y lo debieras entender. Por más larga que sea la distancia, no te enojes si no te encuentras entre las palabras de un texto sin sentido y sin sintaxis.

La amistad, como las hipotecas con suelo en este país, es un negocio. Una dote. Una promesa. Un ejemplo viene al caso: tú, y tus enojos infundados, yo, y mi mente absurda, llegado el caso, todos los defectos y los chistes y las risas y los insultos y tal, van encaminados a culpar al que siempre pierde. Yo. Si la amistad fueran elecciones y se pudiera votar a quién uno quisiera, por un mundo mejor, no votaría a Trump ni a Rajoy ni a Enrique pero sí a Shakira. O sea, volvería a tropezar en la misma piedra.

Esta mañana, cuando me dirigía campechano a hacer los recados, pensé en mí, y sentí tristeza. Luego pensé en ti, y sentí alegría. Y de tanto pensar me di cuenta que olvidé la nota de los recados. Una tortilla de tacos y una botella de mezcal. Si no me sueñas no existo, no me vengas con esas porque pierdo yo. Qué harto estoy de dar explicaciones de todo y por todo. ¡Qué harto!. Y sin embargo... Gracias... (de nada).

2 comentarios: