jueves, 1 de diciembre de 2016

Con lo bueno que era, ay. (Siete).

La Guardia Civil acordona el pueblo y entra por la fuerza en casa de una amiga que cambió sus caderas de acera sin venir a cuento y localiza en el sótano de casa miles de promesas rotas y otra caja de Pandora (traerá consecuencias imprevistas, desastrosas tal vez). La amistad perdió todo su favor en la Bolsa de Valores. (El muerto al hoyo y el vivo al bollo). Se levantó el secreto de sumario y la vecina chismosa inocente. Y aquella mujer desconocida que apareció por el pueblo con su poncho deshilachado y abrió una recolecta voluntaria para comprar un ordenador que ordene y cause espanto, después de haber conseguido su propósito dejó el ordenador envuelto en papel de fino regalo en un atajo de Les Seniaes con el mandamiento escrito de que todo volviera a ser como antes del estropicio... Y se fue sin decir una palabra en verso (santa poesía). Así quiera María, la Magdalena. Ojalá Jesús el Cristo transforme nuestros horrores en obras de misericordias. Y amén.

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