domingo, 11 de diciembre de 2016

Con el perdón.

Es domingo y una pregunta recorre mi mente más absurda que de costumbre: ¿por qué en este país no hay forma de crear una fuerza política de izquierdas? Viene de siempre que las izquierdas no se pongan de acuerdo. Nostalgia por volver a sentir cercana la respiración de mis compañeros y compañeras de siempre.

¿Cómo se explicaría sin caer en la desesperanza que un partido y su gobierno con el don de fracasar en sus políticas económicas, sociales, y en todo lo que tenga que ver con las libertades y derechos fundamentales siga manteniendo las mismas políticas con otro lenguaje en una legislatura de innecesaria desvergüenza? Hace falta que las izquierdas dejen sus intransigencias y se unan para dar respuesta a las verdaderas necesidades de la ciudadanía. (La familia, y los niños primero). Mal anda el país si para gobernar llegan a acuerdos la derecha y la izquierda más representativa y no las izquierdas. Joder, dona, qué cosas se te ocurren... Para encontrar soluciones primero hay que poner sobre la mesa preguntas y debatirlas, y llegar a acuerdos. Sí. Al menos que los políticos mantengan el respeto a sus votantes. Sobran personalismos y faltan las ideas compatibles de izquierdas. Y ganas de querer. Uy, ahora me doy cuenta que no era una pregunta la que recorre mi mente más absurda que de costumbre sino dos: ¿qué me obliga a escribir sin interés? Sentimientos sombríos.

Antes, cuando la inspiración me faltaba una musa me inspiraba... Pero qué falta de respeto es escribir sin inspiración y sin el talento que debería tener para escribir interesante aunque no interese. Lamento sacar a pasear la gracia que no tengo, aunque sea un día realmente estupendo. Acabo de recibir la noticia que la nevera está vacía y tengo que ir de urgencias al correfur. (Prefería ir a misa). -¿Has dicho algo? -No cariño. Quiero decir sí, cariño. -Estás peor que de costumbre. (Si ya lo decía yo, y raramente me equivoco). Gracias... (de nada).

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