sábado, 1 de octubre de 2016

En un país de puercos.

La próxima semana comenzará el juicio de la trama "Gürtel" y Francisco Correa, en exclusiva mundial, confirma que cantará todo lo que sabe. ¿Cantará todo, todo? ¿Y devolverá el dinero que presuntamente robó y en parte "donó"? ¿Resarcirá los agravios? ¿Cómo se resarzan los agravios? ¿Cómo se endereza la dignidad pisoteada? ¿Cómo se repara la credibilidad de una patria? ¿Existe un antes y un después en una patria? ¿Volverán los políticos a la política y los corruptos a la cárcel? ¿Y cómo se sabremos quién es quién? ¿Volverán las golondrinas de Bécquer? Y hablando de Bécquer. Gustavo Adolfo Bécquer:

Amor eterno.

Podrá nublarse el sol eternamente; 
podrá secarse en un instante el mar; 
podrá romperse el eje de la tierra 
como un débil cristal. 
¡Todo sucederá!. Podrá la muerte 
cubrirme con su fúnebre crespón; 
pero jamás en mí podrá apagarse 
la llama de tu amor.

En un país de puercos, solo la gente honrada, el amor y la santa poesía se salva. Lo demás, si algo hay que merezca la pena salvar... Ay, no sé, porque "lavar la cabeza a un puerco es perder tiempo y jabón". Y los puercos son piaras a mansalva en este país. Disculpen la miseria. Gracias... (de nada).

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