viernes, 2 de septiembre de 2016

La mujer más bella que soñé.

Una amiga me habla de soñar un sueño que tuvo y no entiendo. ¿Soñar un sueño que tuvo quiere decir volver a soñar el mismo sueño? Lo único malo que tiene una amiga es ser mujer. Se la puede querer, y la quiero, pero soy incapaz de entenderla, y sé de fijo, que si intentara entenderla o comprenderla si no es lo mismo sencillamente daría en loco.

Soñar, dormir, o solo soñar. Soy soñador obstinado, sueño más que duermo. Sueño lo que me interesa para escribir... (A falta de musa vale soñar). Si digo sueño lo que me interesa para escribir es porque puedo decidir lo que sueño antes de acostarme. Ejemplo: si se me antoja soñar que soy Gloria Bendita, solo apoyar la cabeza sobre la almohada y sueño con la Gloria y soy Bendita. Decidir qué puedo soñar no es de ahora, es de siempre, y no se me ocurre sacar a pasear este don, porque no me cabe la menor duda de que es un don, y sobrenatural que es más, para no dar de qué hablar; ni siquiera se lo comenté a la dama que no me deja ir... Esta noche, por decir, al acostarme y decidir qué soñaba, se me ocurrió acercarme a una amiga que vive allende su discreta belleza, a la vez que saldar, porque a México no le temo, su invitación a tequila y chile; además de un taco de riquísimo guacamole, y un pico de gallo con chicharrón, y la salsa molcajeteada con carne asada que no falte, así soñé que era una nube y cruzaba el Océano Atlántico, pero al llegar a Bahía de Campeche me perdí y rompí a llorar. "Los sueños sueños son". Lo dijo el poeta y un poeta nunca se equivoca. 

A una amiga que su Dios le decretó para vivir lo más parecido al infierno le prometo, aquí y ahora, que lo volveré a intentar. Flor de María: una amiga que nunca imaginé soñar; la mujer más bella por dentro (y me asegura que también por fuera) de entre todas las mujeres. Te quiero.

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