miércoles, 27 de julio de 2016

Reivindicación.

Una mujer propone que sea liberada de las esquinas rotas, de las escaleras imposibles, de intentar una y otra vez caminar sin tropezar. De llorar cuando nadie la ve. Una mujer reivindica su manantial de vida sana. Una mujer es una musa de la poesía. Ella ha elegido vivir y ser musa del mes de abril, y el Sabina, para mayor infortunio, dice que le han robado el mes de abril. A una mujer yo le diría, pero es musa esa mujer. Y al Sabina, trovador de la vida, le digo que he investigado y nadie le ha robado el mes de abril.

Joaquín Sabina vive de eso, de cantar al desamor y otras miserias: En este país si le cantas al amor sin miserias tienes que cerrar por derribo. Juaquinito, le llamaba la Vargas, no sabe que hay quien mataría porque sus canciones no fueran rancheras de vidas con una historia detrás.

María, la Magdalena, sabe que alabado sea Dios, y que ella no nació así, que nació libre como el viento. Y que quiere volver a volar. Y yo le ofrezco mi apoyo reivindicativo desde un lugar situado en el mismo camino por donde sale el sol. Si Dios decidió ser nuestro Padre y amarnos a todos y todas por un igual, en su omnisciencia, puedo decir que ni todas y todos somos sus hijos, ni nos ama por un igual. Que no nos mira desde el mismo cielo. (A una Flor de María que no se deja ver).

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