jueves, 7 de julio de 2016

Nuestro nido...

Me cuentan que ahora eres tú la que anima el cotarro. De la tristeza de ayer a la alegría de hoy. Eso me hace feliz. Por ti y por mi, por los dos como breve melodía que al viento se dispersa.

Me cuenta que tu vida es otra. Una vida inspiradora plena de satisfacciones. Los años tal vez; sin duda tu conocimiento cotiza al alza. Cuando uno ha vivido muerto y después resucitado sabe más de todo. Y se valoran las cosas en su justa medida... De la vida las experiencias vividas, de la muerte lo que nos gustaría saber y aprendemos. En la vida a veces pensamos en la autodestrucción, en la muerte solo en la resurrección. En la vida también reside el miedo incapaz de arriesgar las mejores oportunidades. En la muerte saber estar: paciencia que deja sin efecto el dolor. Todos y todas deberíamos morir algún día y resucitar por amor. En la noche desvelada, "qué buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo" (Mario Benedetti), vives en mí y no decaerá esa esperanza. Sin embargo, la noche no dura 24 horas. Que la luz de tu mirada no se escabulla entre las nubes. Recuerda la promesa que echamos a andar... Por cierto, ¿seguirá en la misma nube pendiendo nuestro nido? Nuestro nido...

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