domingo, 12 de junio de 2016

La tristeza de todas mis horas.

Es fuerza de voluntad cuando tropiezo y me doy de bruces en el suelo y me levanto una vez más de las que caigo o me tiran. Torpe soy, pero son más las veces que me tiran que las que caigo por mi torpeza. Pues bien, ayer, aprovechando el último tropezón me puse a curiosear por el suelo y, si no lo veo no lo creo: este país está lleno de chinches malolientes que chupan sangre. Inocente, creí que los chinches y otros insectos con capacidad para la metamorfosis de la familia de los políticos corruptos con avaricia no salían del parlamento y resulta ser que en campaña electoral pasean a sus anchas por todo el país a nivel de suelo. La María ilumine mi razón y deje de ser inocente para ser culpable y poder llamar a las cosas por su nombre. Amén. Tanto "salvapatrias" arrastrándose babosos por el país y acaparando las 24 horas la televisión se hace insoportable. Ni "Sálvame deluxe". Mi tristeza va en aumento.

En este país de coger la maleta y vente a Alemana Pepe olvidadizo de su historia y sus principios nadie es lo que aparenta; solo la iglesia en su vanidad a pesar del Papa de Roma. Hasta el himno del PP para captar afiliados suena más a tango tristón que a merenge. Solo falta que las encuestas den en el clavo y gane el PP y yo sin las caderas de Shakira (qué tendrá esta mujer que me vuelve loco, ay). En el país de los desahucios nadie está para bailar ritmo de salsero. Una verdad que acompleja.

En el escenario, la falta de imaginación del PP es vulgar y patético el chantaje: Rajoy ha sido concejal y presidente de gobierno, nadie puede ser presidente de gobierno si antes no fue concejal. El abismo o el psiquiátrico o el PP sino es lo mismo. Salud mental para los vivos que no han muerto.

Disculpen, ¿alguien se imagina un país escaso de investigación y desarrollo, innovación, sin becas en las escuelas y sin maestros, sin sanidad pública para todos y sin médicos, sin jueces y sin justicia, sin derechos, sin empleo, sin ayudas sociales, y en ese plan? Al caer la tarde sería el caos. Pues según me cuentan mis informadoras existe ese país y si los votantes no lo remedian en dos semanas puede ir a mucho peor. (Uy, oigo repicar las campanas, vaya por Dios, si sé que es domingo no me levanto).

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