martes, 8 de marzo de 2016

Demagogia que lleva el viento.

Hoy amaneció un día diferente capaz de asimilar la naturaleza de su omnisciencia. Sin ser un milagro mi estado de ánimo es otro, sin embargo, todo está fuera de control en esta patria, incluido el carácter de las personas. Si podemos elegir entre una sonrisa y el desprecio ¿por qué elegimos el desprecio?

Cuando llega marzo brota de mis adentros sentimientos encontrados... Como la infanta imputada, yo no soy de mucho exteriorizar sentimientos. Pero en mis adentros deseo lo mejor para mi familia, mis amigas y todo ser viviente. Y la salud que no nos falte.

Viene el cuento al caso porque marzo no es mes de mucho confiar, un día hace sol y otro día llueve. Y el alma pena. Un amor turbio, difuso, en otros tiempos amor incondicional, se hace presente en marzo y renace en mí la confusión. Hazme un favor no me hables y si me hablas no esperes contestación: sin un adiós olvídame. Siempre con la misma lágrima y la misma risa. ¡Ya te vale!. Aprovecha hoy que está lloviendo y lava tus sentimientos de rencor... ¿no te das cuenta que te perjudican más que lo contrario? Si un día nos quisimos hoy no, ¡claro que no!. Has elegido no quererme, fue tu decisión, entonces no vuelvas... prefiero esperarte a que vuelvas. En el Dia Internacional de la Mujer, otra decepción mayor.

A veces parece que lloras una esperanza y otras que mueres de éxito en tu propia vanidad. Si la María quiere, cuando sea mayor, no me dedicaré a la política ni seré alcaldesa del pueblo de Patricia, aunque me prometan mayoría absoluta y me den la redención. Seré un cantante famoso de rancheras. No te entiendo ni lo espero: has herido los sentimientos de la hermana que libremente elegiste, la mujer que más quiero en este mundo, es todo. "Ojalá la vida fuera como un espejo empañado cuando sales de la ducha. Ojalá pudieras enfrentarte a esa imagen en la que no te encuentras". Tino Pertierra.

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