jueves, 25 de febrero de 2016

Thomas Moore.

En ti, en ti, en solo tú.

El amanecer de la mañana, la luz del día declina,
y las largas horas de la noche todavía me encuentran pensando
en ti, en ti, en solo tú.
Cuando los amigos se reúnen, y en copas consumidas,
y en sonrisas cercanas que una vez encantaron,
no alcanzadas por toda aquella luz del sol,
mi alma, como una mancha oscura, es perseguida
por ti, por ti, por solo tú.

Todo lo que en la ruta de la alta fama podría despertar
mi espíritu una vez ahora está abandonado
por ti, por ti, solo por ti.
Al igual que en las costas por las cuales algunos precipitadamente gritan
por las prisas del océano, nunca descansando,
escenas de la vida van por mí, brillantes u oscuras,
no sé, no prestar atención, apurado cada vez
por ti, por ti, solo por ti.

No tengo un gozo, sino de tu interposición.
Y el dolor en sí parece dulce cuando brota
de ti, de ti, solo de ti.
Al igual que los hechizos que nada en la tierra pueden romper
hasta los labios que conocen el encanto, lo he dicho,
este corazón, sin embargo, puede despertar al mundo
su dolor, su desprecio, puede ser roto
por ti, por ti, solo por ti.

Thomas Moore, poeta, falleció el 25 de febrero de 1852.

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