sábado, 13 de febrero de 2016

¿Hasta aquí hemos llegado con la corrupción?

No cabe más miseria en este país. No vale amagar y no dar. No vale. Ya no nos vale... Hay que dar y donde más duele.

Al parecer se está mascando en el ambiente otra nueva crisis global. O es la misma, pero a mayores. Tres eran tres las hijas de Elena, tres, y ninguna era buena. Vaya usted a saber si una crisis global va por fascículos y estamos sufriendo el primero, el segundo, el tercero... Los medios de comunicación nos meten miedo en el cuerpo cuando dicen que los señores dueños de los partidos políticos no se ponen de acuerdo y eso ayuda más bien poco a la economía del país. O si China, el petróleo o Deutsche bank. La culpa no tiene dueño. Sabemos lo que sabemos, que siguen pintando bastos para los de siempre. El asunto es ese.

Hay momentos en la vida que no te dan opción a elegir y al no tener otras posibilidades algunos y algunas... El camino debería estar trillado pero no lo está, y si el próximo gobierno aún tiene que recortar otros 10.000 ó 12.000 millones de euros como ordena y manda señora, ¡sí señora!, nos podemos dar por muertos. La crisis a nuestros políticos les queda grande. Mientras, la ciudadanía no sabe qué hacer. Esperar por esperar como hace Rajoy para que las cosas se vayan arreglando solas no es solución. Al toro por los cuernos. Y que entre el mar por dónde quiera. Pero ya. De otra manera no sé qué futuro nos espera y lo que es peor, a nuestros hijos.

"Hasta aquí hemos llegado con la corrupción", sentencia Mariano Rajoy. Y una amiga aún me dice que no me río, pues cómo quiere que me ría. He leído por ahí que a los corruptos según los van condenando por sus corruptelas les quitan sus propiedades, los sueldos vitalicios, los coches oficiales, el personal a su cargo y las condecoraciones. Estupendo. Y además, la devolución de los euros que robaron al erario y los años de prisión que les condenen. Entonces sí, señor Rajoy, "hasta aquí hemos llegado con la corrupción". Pero no, cada día aparece más corrupción, y más registros en las sedes del PP. Para llegar al final se requiere un comienzo y un punto de partida y un impulso y un buen equilibrio y un mantener el paso firme. Afirmar que se ha acabado con la corrupción es irresponsable. Mario Benedetti escribió: "Una cosa es morirse de dolor y otra cosa es morirse de vergüenza. Por eso ahora me podés preguntar y sobre todo puedo yo responder. Uno no siempre hace lo que quiere pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere".

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