martes, 22 de diciembre de 2015

Soñador incurable.

A partir de mí mismo, en mi mundo onírico, hallé la clave para darte una explicación. En mi mundo todo gira en torno al amor, la santa poesía y algún descuido. Más allá de mis desencuentros, mi mente absurda me juega malas pasadas. Y digo que soy culpable, y debo iniciar el proceso de disculpas y aprovechar la ventaja que me da los años para abundar en ciertas trivialidades y proponer al amor el olvido.

Mis desórdenes mentales y su tratamiento no con los correctos. La dama que no me deja ir tan solo quiere que no me vaya, ni mucho menos que obre con el sentido común: Le importo un carajo. Si yo analizara mi comportamiento desde tu misma perspectiva te daría la razón, y si lo hiciera desde la mía igual. Eres grande de corazón. Podía decir lo mismo del mío, pero está cerrado a cal y canto a los sentimientos, no a la palabra donde explaya la poesía que se explica en la distancia con reflejos de bendito amor. Mi palabra siente por ella misma y es sincera cuando dice que te quiere. De mi mente absurda y sus acciones desordenadas no te fíes. Luego está la literatura que no comprende tu manera de ver la vida. Mi palabra te venera como dama de la poesía. Palabra que a veces confundes con suspiros que exhalan olas de amor. Quiero que seas mi amiga del alma y encontrarme contigo cada madrugada en Les Seniaes. Una palabra latente siempre está dispuesta para ti a partir de una metáfora. Mi palabra y yo te queremos. (No te vayas).

De Les Seniaes parte cada cada mañana una mariposa que vuela libre como si fuera primavera y hoy entra el invierno (no te des por enterada) en tu busca: si la ves acógela en tu alma como si fuera yo mismo. Elige vivir a mi lado en mi mundo onírico. No te defraudaremos (la María siempre me acompaña).

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