domingo, 8 de noviembre de 2015

Un país sin solución (se mire como se mire).

Un domingo de ir a misa y decir la verdad si alguien me pregunta a quién votar, y a más, quién yo diga no solo ganará las elecciones sino que será presidente de gobierno. Porque sí, no es lo mismo ganar las elecciones que ser presidente de gobierno. Ni nacer desnudo y seguir desnudo toda la vida. Ni nacer desnudo, vestirte, y que te desnuden. (Y no digo desnudo entre sábanas blancas). O que te dejen en bolas. No es lo mismo. Ni lo es que firmes un contrato laboral con una ETT y en letra grande, que no hablamos de los usureros sino de los empresarios amigos de Rajoy, puedas leer sin gafas: si por cualquier circunstancia, enfermedad, accidente, al cambio baja médica, despedida. Recuerde. Despedida.

Me cuentan, y no hablo de la vecina chismosa, es fuente de máxima confianza: por una hora de trabajo 5 euros brutos. A descontar el tiempo del bocadillo, y el de evacuar el vientre, y el de expeler la orina (cada trabajador tiene una tarjeta y ha de fichar en el reloj de tiempo no retribuido), el IRPF y otros impuestos, y el porciento de la ETT. A cobrar 4 euros y pico (el pico como el de un jilguero recién nacido). Ah, sí, perdón: la jornada laboral es de 4 y 8 horas. Se entiende para cotizar a la Seguridad Social. Si se trabaja 7 horas se cotiza 4, y si 13 (como ayer) 8. Si digo 13 horas son 13 horas ¡a la faena, oiga usted!. Conciliación laboral, familiar... Conciliación con uno mismo y amén. Y ten, es la ropa de trabajo, son 15 euros. Gracias, muchas gracias... De nada. Ahora sí: Y amén.

La reforma laboral aprobada por el Gobierno del PP es el fin que justifica la muerte de los derechos laborales en todos los aspectos: social, jurídico, económico, incluida la salud laboral. Y cobrar una pensión digna: nadie llegará a trabajar 37 años sin un contrato indefinido. Nunca una reforma laboral hizo tanto daño. Menos los morros nos quitaron todo lo demás. De aquellos votos estos lodos (recuerden). Por aquel entonces, los señores dueños de los partidos políticos en la oposición, firmaron un acuerdo en el que se comprometían, ganara quien ganara las próximas elecciones, derogar la ley. Pero ocurre que, en campaña electoral, las cosas van a peor y ya Pedro Sánchez se desmarca: derogar no, retocar. En una entrevista concedida a eldiario.es, Sánchez advierte que "volver a 45 días de indemnización por despido es, en esta coyuntura económica, un imposible". Pero hay más, tanto así como 14 enmiendas de las que nada se sabe aún... Eso sí, Pedro Sánchez tiene interés, claro, después de ratificar el decreto ley de la reforma laboral, reunirse con los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y de CCOO, Ignacio Fernández Toxo en tomar café y unas pastas de té para hablar de la vida laboral, la familia, los hijos. Y lo que vaya saliendo, se trata de dejarse llevar por la conversación. Ay, el amor siempre caprichoso.

Un domingo de ir a misa y decir la verdad si alguien me pregunta a quién votar lo mando al carajo. Confieso que no sé dónde queda el carajo. Lo cierto es que tampoco sé si España es país o nación o patria o una franquicia de Alemania, solo sé que no tiene solución, se mire como se mire.

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