martes, 17 de noviembre de 2015

¡Sácame de aquí!.

La cuestión es llegar, si bien o mal: de cualquier manera llegar. -¿De cualquier manera? -De cualquier manera, no. A no ser que sea con la cara de no voy ni esperes por mí. Vale para el amor y lo que sea que merezca la pena... La muerte ni al otro lado del mar. De cualquier manera, no. ¡Sácame de aquí!.

Pocos movimientos se ven en ese sentido. El humano ser avanza pero no por el camino de la mejor correspondencia. De sonrisa abierta, amor. ¡Sácame de aquí!.

Tan poderosas razones son desafectos verbales sin ambages con visitas al psiquiatra. Por más dama que no me deja ir es psiquiatra interesada en volverme idiota con cara de risa. La cara de risa más estúpida que tengo me la dejan las pastillas de la dama que no me deja ir: "hasta la próxima, sé feliz". Chiste sin risa. Muerte digna. ¡Sácame de aquí!.

No valen los engaños que por años ocultan la verdad. Si desamor quiero saber... Si enfermedad quiero saber... Saber a tiempo... Quiero tiempo para encontrar más amor y más poesía. El amor de mi vida has sido tú. Y otra después de ti. Y morir si los años, la enfermedad... Nacer es morir... No quiero que la muerte me coja desprevenido. ¡Sácame de aquí!.

San Agustín dijo: "Ama y haz lo que quieras". Pues eso quiero, amar, y no hacer lo que nadie quiera. Nadie es nadie. No quiero que me engañen. Quiero sentir el dolor que siente una madre al parir un hijo. Quiero sentir la vida con todas las consecuencias, y vivir hasta que la muerte nos separe, amor. ¡Sácame de aquí!.

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