martes, 3 de noviembre de 2015

De trolas y troleros.

Las leyes y las salchichas siempre fueron un problema para los alemanes. No es bueno hacer oídos sordos. “Las leyes son como las salchichas, más vale no ver cómo se hacen”. Otto Von Bismark.

Ángela Merkel no pasa por su mejor momento político. Las salchichas vienen de atrás. Las leyes y ese tira y afloja con sus socios de gobierno acerca de los refugiados y una posible "zona de tránsito" de ahora. Y la Volkswagen como feo asunto legal y social por resolver. Por no hablar de su amistad con el millón de empleos creados en España. 

Corren malos tiempos para la vida y el amor. Para la amistad y la buena correspondencia. Para la solidaridad.

Las salchichas siempre fueron un problema para la salud. Y los refugiados para los políticos. No valen escusas de no lo sabíamos. Y la Wolkswagen. Y las líneas rojas para Rajoy. No sé como acabará todo esto. Solo sé que pintan bastos y los garrotazos los llevarán los de siempre. Tiempo al tiempo.

Ojalá a los españoles nos salve el aceite de oliva y el jamón ibérico: de momento parece que no es cancerígeno para la OMS. (Pero puede ser, no se fíen). Como pudo ser la "gripe A". Y no fue porque en España estábamos preparados con 37 millones de vacunas por 266 millones de euros. Si Ángela Merkel tuviera de asesor a Mariano Rajoy y los alemanes el sol de Mallorca las cosas serian diferentes. Pero todo no se puede tener en esta vida.

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