martes, 27 de octubre de 2015

Dios como Palabra.

No me creo que "a quien madruga Dios le ayuda", pero sí que las cosas se ven de otra manera si se madruga. Posibles. Las cosas de madrugada al estar caladas de rocío, flor de azahar, o alguna renovada esperanza, ay. No sé. Las cosas son posibles de buena madrugada. Por poner: tú eres la evidencia que solventa la duda. Si escribes al alba compartes tus bendiciones que son emociones de buenas madrugadas, la inocencia graciosa de tu nieta, la exitosa recuperación de tu mascota o tu propósito de vida para mañana: ver amanecer. Sin embargo, si escribes al quebrar el día, las cosas son distintas: no te reconozco y no me interesas. Si hiciera como tú, comenzar por el final, te diría que no me interesas como amiga porque me entristece tu poesía. Y sería injusto. Y también una mentira. Me interesas en cualquier formato como amiga. El caso es que tus logros los valoras poco o nada. Lo malo te supera. Corren malos tiempos para la vida y el amor, pero si se escribe al alba la mente piensa optimista (a los dos nos dictan los dedos aporreando el teclado). Y lo contrario es el pozo de la desesperanza que a nadie interesa. Si escribimos triste a nadie interesa... Otra cosa es que no nos interese que lo que escribamos interese y no. Queremos que nos lean, escribimos para quien nos lee. Hablo por mí: La única manera que alguien me llegue a querer algún día es que en un descuido entre en de soslayo y me lea.

De un tiempo a esta parte nombro a Dios como Palabra y no como milagro de la creación o sanador de todas nuestras miserias. Permíteme una maldad: si Dios existe lo tienen en exclusiva los políticos y sus corruptelas. "Alivios de penas carcelarias". Con el perdón. Pasan los años y la fe se hace más necesaria en nuestra cotidianidad. Este mundo no es el que soñamos. Ni tu patria ni la mía ni la de otros. Si realmente existe una patria unida y justa es la de los poderosos. Y aún así se mueren de pena en su patética realidad. Parece que el dinero solo sirve para los negocios. Uso palabras de certeza en campaña electoral (no se fíen, recuerden): el amor es salvación. Empatía. Solidaridad. Tolerancia. Un brazo pegado a un hombro. El poder económico que reconozco es a costa del dolor ajeno, y eso ya te digo que no vale nada. En otro tiempo y otra vida yo fui una persona estupenda: ni era ni sentía, tampoco padecía, pero era fotogénico y había quienes me aplaudían. Como en el amor, a veces uno no sabe lo que gana hasta que lo pierde. El amor triunfa en todas las facetas y tiene más valor que todos los depósitos del banco mundial. Descubrirlo es cosa de cada cual. Es todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario