martes, 13 de octubre de 2015

De un soñador incurable.

Pienso que tengo lecturas de vida pendientes. También sentimientos pegados en los adentros. Y quizá más recuerdos. Recuerdos invisibles. ¿Cuándo fue que enterré mis mejores recuerdos y por qué? Soy un simple mortal que sigue vivo al margen de la realidad. ¡Vivo!. ¿Si vivo existo si existo vivo? Tengo tantas cosas por hacer y temo que si no me pongo con arte tal vez alguien se lleve un mal recuerdo de mí. Equivocado recuerdo cuando me haya ido. Es hora de pasar de las palabras a los hechos. Ruego a la María me impida coquetear con la muerte, creo que he perdido las riendas de mi voluntad. A Dios pido fe y sabiduría para entender el significado de su palabra e ir por el camino de la verdad. Amor. El amor es la voz de los necesitados de pan, salud. justicia. Sin amor solo valen los porcientos. Lo que más conviene. La perdición son las apariencias. Recuerden otros pueblos y otras historias. Los desahucios. Muerta la esperanza...

Ando fuera de mí incapaz de encontrar camino. Si un poeta. O un Víctor Manuel que me recuerde canciones del puente de la perra y aquel río negro. Antes de vivir los años altos fui niño. He perdido media, no hay vuelta de hoja. Se trata de vivir lo que me quede de vida sin olvidar que pude y no quise; asumo las consecuencias. Me redimirá Ian. Y la mirada de soslayo de quien me sonrió. O el amor de quien me amó. Con la duda viene la pregunta: ¿será la misma mujer, bella mujer para más señas? Soy la consecuencia de dos vidas paralelas atrapadas en una mente absurda divagando entre paranoias y alguna verdad que no alcanzo distinguir. (Mientras Dios y la María se deciden, ojalá no necesite del wasap para comunicarme con mis semejantes).

No hay comentarios:

Publicar un comentario