domingo, 20 de septiembre de 2015

Una madre.

En el pensamiento de una madre, si hablamos de sus hijos, no caben palabras de tal desprecio: "inútil"; "no mereces ni el pan que te doy"; "vives a mis expensas": "vete ya". "Y no olvides llevar a tu hermano". Y sin embargo...

Temeroso el azahar, doloroso y cruel. Eso no se hace, eso no se toca. Deja ya de joder con la pelota, niño. En busca del perdón anda uno que no sabe el origen de tanta monstruosidad. Es posible que no encuentre respuesta a tanta maldad porque no puede existir. Comportamiento sórdido. Donde se ultraja el amor la decencia no tiene cabida. Resentimiento que habría que buscar en el infierno donde todos son malos según los buenos. Satanás está feliz. (No volveré al tema).

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