jueves, 17 de septiembre de 2015

Un día estupendo.

¡No entiendo!. ¡No entiendo y además, no me gusta lo que escribes!. ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?

¿Oíga usted, señora, de qué habla? ¿Acaso entiende todo lo que ocurre a su alrededor? ¿A qué se debe que los años no hayan borrado de su cara el miedo a la verdad? ¿Por qué la palabra no ha podido confirmar sus sospechas acerca del amor y la santa poesía? Cuando una es consciente que su inconsciente la tiene atrapada en la sana aspiración de vivir los años que le quedan al margen de la realidad, no hace falta que entienda y le guste lo que lee, solo viva y cállese. 

Si lees estas palabras asómate al balcón, respira hondo, y si huele a Flor de María ya es mañana. Un día estupendo el de ayer. O el de hoy. ¿A quién importa por dónde sale el sol? Importa que salga. En cualquier caso, un día estupendo para vivir al margen de la realidad que te hace daño. ¿Comprendes?

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