miércoles, 26 de agosto de 2015

No procede.

Malo o complicado escribir sin tener nada que contar. O falto de inspiración. O sin ganas. Pero escribir al dictado de la ira cuando ya no queda esperanza... No procede.

Problemas diferentes, incertidumbre y dolor de cabeza. Es lo que hay. Se hace necesario el desahogo y la prevención. Las cosas entonces se deben mirar desde la perspectiva de la vulnerabilidad del ser. Llegado ese punto que amenaza el desempeño de escribir sin nada bueno que contar solo malo, mejor liquidar el día: se le da por amortizado y mañana Dios dirá, que estamos en verano y uno se puede acercar a la playa donde prolifera la alegría. Regalo vital un mar... De viejo, los recursos naturales escasean pero si un mar o Les Seniaes aún se puede decir que no todo está perdido. Pero sí, debo dar por liquidado el día y las horas que restan hasta que anochezca buscarles un uso alejado de la ira.

Les dejo con la palabra. Enfaticen en la gravedad del asunto: la falta de conciencia ciudadana y que vamos a peor sin la solidaridad necesaria. Eso sí, ya les digo de antemano que los olmos no dan peras. 

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