martes, 4 de agosto de 2015

Lo prometido es deuda.

Me gusta lo que hago.

Si valoro mi tiempo es porque me gusta lo que hago... Escribir más que otra cosa. Y querer a quien me quiere y a quien no me quiere también pero menos. Y viene el asunto al caso, porque sospecho que alguien que me lee habitualmente me ha llegado a querer...

Hay quien se van sin haberse ido. 

Hay gentes enfermas de la cabeza que son como son, no lo pueden evitar y se van sin haberse ido. Lástima. También hay gentes que se van porque las echan de la casa común, y no hablo de religión o política sino de amor. Y del mejor... Mi vida, pudiera ser guión para una telenovela venezolana de éxito. Yo estuve enganchado a una. Si digo ocho años no mentiría... Miles de capítulos hasta que tuvieron que morir los protagonistas. A los guionistas no se les ocurrió un final de felices y comer perdices. En la vida todo tiene su aquel y está en conexión. De lo más positivo que te puedas echar a la cara son las amigas y algún amigo que compartan ideas y proyectos, o una ilusión que con el tiempo pudiera ser una realidad cargada de imaginación... (Quizá ya ocurrió).

Los libros que me regalaste.

Los libros que me regalaste (es lo que te quiero contar y no lo de arriba que no sé a santo de qué... ya sabes cómo soy) dedicados con cariño, dejaron un rastro en mi alma y más. Tanto bien no lo quise solo para mí, no te ofendas, creo que los libros, después de leerlos se deben entregar a otros lectores para que la cultura no sea privilegio de unos pocos en la cavidad de un árbol, y los recojan quienes quieran leerlos y los vuelvan a depositar en el mismo árbol para que otros lectores amantes de la literatura se aprovechen también de su sabiduría. Los libros cuestan dinero, son caros: serán tasas, impuestos, derechos de autor, no sé. 

Los libros que me regalaste, incluso aquel tostón traducido al alemán, los entregué como experiencia de vida literaria... Si llegaron a prender en el corazón de una sola persona como en mí te doy las gracias en su nombre. Te lo debo y se lo debo a la literatura... Para todo lo demás no, sin ser ésta la ultima palabra. Pero de viejo, ya uno no está para versos de mala prosa. Recuerda que lo de dar por finiquitado el tema va en serio. Recuerdos en casa y mucha salud.

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