martes, 25 de agosto de 2015

Espejos.

Yo me miro al espejo y me veo una arruga nueva cada día, y me gusta y me gusto más. Si no fuera porque soy como soy, no digo que una dama bella dejara caer su corazón para que lo recogiera... (Aún lo conservo en los latidos de mi corazón). Mi esposa ante el espejo es mucho tirando a demasiado: tiene al espejo aburrido, lo mira más que a mí. Se mira varias veces al día más que para verse por necesidad o vanidad, pero no sé. De tanto mirarse no creo que se vea más bella o más joven de lo que ya es. Traigo el cuento a de soslayo porque sé de fijo que si ocurriera un crimen en casa, digamos yo el asesinado y ella la asesina, y tuviera que hacer un retrato robot del asesino para la policía, sin ánimo de despistar sería incapaz de dar una imagen fidedigna de sí misma.

La dama que no me deja ir quiere que escriba y me lea al día siguiente y le cuente lo que opino de mí después de leer lo que escribo. Quiere saber de mí y a mí no me interesa saber más de mí a pesar de que a veces digo lo contrario: sé que vivo esa edad de sienes plateadas tan interesante, ay, como el tango. Igual si leo lo que escribo me acabo odiando. No me lo perdonaría... Tú, y yo, sabemos morir bonito, solo que a mí no me apetece y a ti sí, y escribes triste de morir y me haces penar... Te quiero y no quiero que sufras ni mueras por mí. En fin, que pases un buen día... ¿No me digas que es difícil? Buen día... ¿Yo bien y tú? Mal, no me ves... Y dale.

Kristel lo mismo, como mínimo, me cuenta que se mira al espejo y se cambia de ropa una docena de veces antes de ir a trabajar... Eso ha ser agotador. Quizá ya ocurrió: llegó fichó y volvió para quedarse. ¿Sí? ¡Joder, dona, no me explico!. Los tiempos cambian, también las modas, pero las mujeres siempre igual. Carentes de humildad, incluso de atributos, sin un espejo no sabrían vivir. A pesar de saber que un espejo refleja lo que se ve a simple vista... ¿Habrá quien mienta al espejo para no ver lo que es en realidad? Un estado de ánimo niega la verdad y confunde amor y depresión. El amor y la depresión son asunto complicado. Un día hablaremos de amor con y sin poesía y otro de un estado de ánimo que no es depresión sino un mal día. No malgastemos el tiempo en mirar al espejo y ver lo que queremos ver y aceptemos la realidad sin maquillajes de tres al cuarto. Eso. Beso y abrazos. Sean felices.

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