viernes, 19 de junio de 2015

Por necesidad.

No es porque crea que mi esposa tiene razón en eso de que tengo que abrir una cuenta en Facebook o estoy muerto, que miedo a la muerte no tengo, y como soy un paisano de los de antes a mi esposa tampoco, pero igual puede tener un algo de razón. Me explico: todos y todas tienen en Facebook y otras cuentas abiertas. Son redes sociales que si no estás esperan que vuelvas porque sin ellas no encuentras ni un indigno puesto de trabajo. Sí. Y si lo tienes también... Quiero decir que te conviene. Me cuentan que los empresarios vigilan a sus trabajadores en las redes sociales abiertas a sus estados de ánimo. ¡Pena me da!. Antes teníamos una amiga en el confesionario y ahora ni un triste cura. La vida, el currículo y todos los delirios están atrapados en la red con sus hilos. Paradigma de la época que nos toca vivir sí o sí. Pero hay más: si no tienes una cuenta en cada uno de esos sitios tienes algo que ocultar... ¿Qué les parece? No sé ustedes, yo me acabo de enterar. 

No es porque sea ateo, es que solo creo en Dios. Necesariamente.

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