viernes, 12 de junio de 2015

¿?

Vale que no saber es malo, pero saber y no poder decir lo que se sabe... La vecina chismosa no lo lleva -me cuenta-. La conozco y entiendo que es duro para ella no poder decir lo que sabe, sea chisme, un simple murmullo o una verdad sin ningún género de dudas.

A mí nadie me cuenta. ¿A qué fin? Lo entiendo. Sin embargo, para mi la vida es soñar el día con los mejores momentos que pueda imaginar. Y escribir sobre ello. De tanto soñar puedo asegurar que controlo la elección de los sueños y elijo los que me apetece soñar. Solo una pega: no los puedo desarrollar como me gustaría (eso te salva). Nadie es perfecto.

Una información retenida en la mente puede llegar a ser un tormento si somos presos de un sueño... Sabemos, pero lo sabemos por un sueño y ahí se queda porque estamos dormidos y no vale dar vueltas ni ganas de mear. Ni calambres. Además, si se provoca un despertar consciente la información se pierde. Como tus besos o un puesto de trabajo para toda la vida.

Los sueños van ligados a las neuronas y las mías se autodestruyen y se convierten en mi peor enemigo. Llegará el día que no pueda soñar y las palabras serán apenas un ruido sordo. Seré entonces mi propia destrucción. Llegará ese día porque hay quien lo dice y la creo. A no ser que encuentre una salida. Quizás un sueño me permita huir de esta prisión. Mientras, seguiré soñando y escribiendo y viviendo más allá de la razón hasta que llegue el día. Si no huyo antes. ¿Huir de esta prisión? ¿Vivir más allá de la razón? ¿Qué día ha de llegar? Mi vida una mentira. Uy, esto se complica, lo dejo. Sean felices.  

2 comentarios:

  1. Para toda la vida es muy poco tiempo incluso en el arte de amar. ¿Quién enamorado se jacta de ser cuerdo?

    El día que ha de llegar es hoy. Hay que aprovecharlo entonces.

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  2. Quien se considera amado... Muchas gracias.

    Beso.

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