viernes, 5 de junio de 2015

Esta vida no es para siempre.

¡No me debes nada!. 

Y creí que éramos amigos... Fijo andaré por la lista de los morosos del ministro Montoro porque estoy convencido que le debo a todo el mundo. Me importa un carajo que diga que no le debo nada, para mí es amigo, por lo tanto le debo, aunque solo sea su amistad, que no es poco. ¡Hay que joderse!. Siempre, y digo siempre con todas las consecuencias estaremos en deuda con alguien, más con las amigas, naturalmente. Así que estaría bien pensar cómo ir pagando lo que debemos en cada ocasión que se nos presente, especialmente si son deudas de amistad. Hablo de mí: una mirada de soslayo (que no me falte), una bolsa de naranjas (gracias Juan), una preocupación solidaria de Eugenio (salud, amigo), un beso de la futura alcaldesa (de sus hijas, ojo), un qué bonitos ojos tienes debajo de esas dos cejas (esto me suena a ranchera mexicana... En qué estaría pensando o en quién ¡Dios mío!. Tengo la cabeza como una regadera). Va en serio, pongamos de moda la verdad y dejemos la vanidad a los políticos acomplejados con sus miserias. Mejor vivir agradecidos que tristes de morir. Y si empezamos por agradecer la amistad de las amigas... Vale, también los amigos, y la familia, claro. "Es de bien nacidos ser agradecidos", sentencia la sabiduría popular. Esta vida no es para siempre.

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