martes, 23 de junio de 2015

Epitafio de amor.

Uno, de viejo, nunca pierde la capacidad de mirar y ver de soslayo, y sobre todo dejarse sorpender... Para bien o para mal. Las cosas son así y así las hay que tomar. Tengo escrito que el pasado sábado a una amiga, por más besos ni me vió. No es que no me quiera, no lo creo, es que el medio en el que ahora se desenvuelve es de mujer estupenda y no siente ni padece. No me dará un beso, ni dejará que se lo robe al menos en los cuatro años que dura su mandato.

El origen del mal amor se encuentra en la política. Aunque lo nuestro pasaría por desamor. ¡Joder, dona, qué pena de amiga ida!. Pienso que por mucho que sea una expresión habitual en mi escribir, venga el asunto al caso la amiga ida. Por más amor, creo que mi amiga se está yendo. 

Como lo oye, Doctor Jekyll. El trastorno disociativo de la identidad de una amiga está a punto de irse para no volver. Sí. Había que verla. Tremenda la sorpresa para mí. Yo la quería con toda el alma y ahora... ¿Y ahora qué? Si la llevara ante los tribunales de justicia por no darme o dejarse robar un beso yo culpable. El jurado fallaría a su favor. Además, al ser autoridad doble pena. Tan ingrata la experiencia me atrevo a aconsejar una profesión cualquiera que no tenga nada que ver con la política. Y ojo, que anticipo posibles conflictos de intereses: llegado el caso el tiempo será testigo. Pero el tiempo corre a mi favor... Hasta aquí puedo contar. Sean felices.

5 comentarios:

  1. Por más que lo niegues y te hagas el sufrido, siempre habrá alguien que te de un beso. Que no le des importancia a ellos es otro cantar.


    Buen día.

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  2. Consecuencias de ser guapo. Lo sé. Beso.

    Salud.

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  3. Jajajaja tu humor involuntario me mata de risa.

    Como dice un amigo -¿no te digo?- eres de lo que no hay. (deja busco el significado).

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  4. Otra más que muerde el polvo. Casanova.

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