miércoles, 13 de mayo de 2015

Al otro lado de un mar.

Lo cotidiano se ha convertido en rutina
y la rutina se ha convertido en ver y escuchar,
en leer demasiadas veces lo mismo.
Nadie se lo cree, ni ver ni escuchar: solo leer.

Leer supera el ver y el oír paciente.
Argumentos contrapuestos
que el miedo a lo desconocido supera con creces.
El miedo obliga a finiquitar un reto y su oportunidad.

El viento es hostil como el razonamiento impuesto:
habla el amor de corazón que desafia la terquedad.
Entonces no seremos capaces de entender
que primero fuimos carne y después tierra firme.

Hacer lo que se espera que hagamos nos definiría como seres incapaces de sobreponernos a las circunstancias y ampliar la mejor visión por el camino donde nace el sol. Justo en el mismo trayecto. Al otro lado de un mar.

2 comentarios:

  1. Sí, al otro lado del mar existe una rima suspendida en la espuma leve de un cafe expreso que no bebo todavía, compartido con afectos entrañables.
    Al otro lado del mar, mi vida detenida, tal cual como la dejé, como si el tiempo no hubiera existido.
    Al otro lado del mar, desde aquella orilla, todo el tiempo transcurrió y no soy la misma ni en edad, ni en caracter ni en poesía...
    Al otro lado... del mar o del sol o de la luna, tú.

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  2. Qué bueno saber que sigues ahí, tan cerca y tan lejos. Tú. Te quiero. Besito y beso.

    Salud.

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