domingo, 19 de abril de 2015

Si digo que no sé no sé.

Los curas de ahora no son como los de antes que iban de tarde en tarde por las casas de sus feligreses a merendar. Jamón, queso y buen vino. En serio. Igual ahora también, no sé. Los tiempos cambian y un domingo se los puede ver en el bar mientras meditan sobre el sermón de buena doctrina tomándose un café.

Al cura de mi pueblo (y a dios pongo por testigo, de cine, con perdón), lo acabo de ver en el bar con su peña de tertulia. Eso está bien. Me parece estupendo que se integre en la vecindad como uno más. Aunque mucho me temo que las cosas no deben ser tan así para los curas y su fe religiosa; la Biblia establece que "el pacto de Dios es con los que le obedecen". Y en un bar no se obedece ni al camarero. Sobre todo a la hora de cierre. Todos somos hijos de Dios, basta con creerlo. Sí. Cuando una persona camina avanza, pero cuando una persona camina obediente no sé, tampoco sé si hay atajos para llegar antes. Si digo que no sé no sé.

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