miércoles, 15 de abril de 2015

No me dirás adiós tan fácilmente.

"También las sombras sirven para distinguir la luz". 

A veces recordar es morir: ¿Qué hacer para encontrar sentido a la vida? Los años, el dolor, también el jodido dinero: La vida, hablo de la vida cuando se pone cuesta arriba. Si Dios y María. Si un poeta trashumante. La noche se desvela... 

Cuando leí tu comentario de palabras diferentes creí que era una de tus fábulas en las que aparezco de cuando en vez como ejemplo de viejo gruñón. Eres especial. Me diste la valiosa oportunidad de ser tu amigo y no la desaproveché. De viejo, sé cuando un sentimiento no tiene doblez. Me haces sentir feliz. Y ahora no veo tu mirada que me despierta al alba. El día amanece sin ti y no es lo mismo. Cada día que amanece sin ti es un día triste de morir. Es primavera y las flores no se atreven a florecer, ni las mariposas que siempre vuelan libres se las ve. Es primavera y llueve barro.

Un día puse tu nombre a un atajo de Les Seniaes y al pasar me servía como excusa para recordarte entre esas miradas que rayan el alma. Les Seniaes no lucen y el resto del mundo es menos. El destino esperanzador de la flor de azahar que se abre a la vida en el mes de abril avisa de mala cosecha. No hay cosecha sin floración. Solo Ian en su inocencia abre paso a la ilusión. (Me niego a aceptar que para encontrar sentido a la vida hay que estar enfermo).

Sin tu inspiración poética la metáfora no emociona.

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