sábado, 18 de abril de 2015

La voz de mi recuerdo.

La hija que ríe me duele, la hija que sueña me apena,
los dos han puesto precio a mi alma descubierta.

Las dos me han hecho dependiente con la vida envenenada,
me inyectaron veneno en vena y me han devuelto a la verdad.

Las dos son fuente de vida para mí.
Las dos me despedirán un día.

Tendré que entregarles mi memoria:
sin olvido, sin rencor ni venganza.

Dejaré la voz de mi recuerdo en sus manos: Ellas sabrán.

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