lunes, 13 de abril de 2015

Despotismo.

Porque nada es lo que parece, hablo de los poderes fácticos y sus amigos y amigas de almorzar domingos y festivos en el bar y salir en el wasap. Retrógrado modernismo. Y porqué no decirlo, de ir a misa y darle puñetazos al corazón que hoy en mi pueblo también es fiesta de guardar y la hipocresía va de la mano con los poderes fácticos que humillan y maltratan a los hijos. Sí, los hijos, ¿quién lo diría, verdad? ¡La familia, siempre lo digo, la familia!. Y sin embargo... 

Sociedad de trabajadores que no llegan a fin de mes y empresarios fácticos, por no decir fálicos (la puerta para ti está abierta por sangre inútil): Sí. En el mismo camino por donde sale el sol dos y un poco lloran su dolor porque un poder fálico humilla y maltrata de manera que su salud mental se está resquebrajando. ¡La familia, dona, la familia, joder!.

El poder empresarial ha mandado un mensaje a los trabajadores: "es lo que hay". Sin alternativas (ni adversarios) a los trabajadores nos les queda sino aguantar o vivir en la luna. Señal terrible de quienes no queremos perder contacto con la realidad. "El PP o el abismo", dice Rajoy. La mente de los trabajadores se rompe mientras el ego de los empresarios engorda a la vez que su cuenta de resultados... No todo está perdido: "Yo vengo a ofrcer mi corazon", canta Fito Paez. Ha llegado el momento de creer que verdaderamente David venció a Goliat. Basta con intentarlo, según me cuentan. Muchas gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario