jueves, 16 de abril de 2015

Decepcionante.

¡Muero de amor... qué guapos!.

Con Ian en brazos, mi esposa nos hizo unas fotos y se las envió a Kristel esta mañana. No me gustan las fotos, y si soy yo el que aparece entonces... Paz. Una fotografía se queda ahí para siempre y luce estupenda al paso del tiempo. Pero al instante asusta. Negaría ante un tribunal de justicia que el de las fotos soy yo. Las podía haber enviado, pero además me las enseñó. De viejo, achacoso sin pretexto, el trauma emocional de los que hacen época y las noches de ensueños angustiosos. No levantaré cabeza en mucho tiempo... Decepcionante.

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