El agravio. Todo tiene su fin, o al menos un límite. Las poses de pasarela enturbian una relación. Y asoman sentimientos de ira por comportamientos que no esperabas de una persona con sincero el afecto. La amistad no debe suprimirse ni ventilar sus miserias, sino acompañarla en busca de soluciones. La ira emerge poderosa para trasformar el afecto en indiferencia. Sin embargo, la acción que suscita la ira puede ser para bien, se trata de recapacitar, hablar con el amigo y abordar la ofensa con miras abiertas a la esperanza. Cada uno tiene su estrategia para no dar paso a la ira consecuencia del agravio. (La paradoja: las buenas intenciones las promueve la ira).
Siempre hay un amigo que nos impide creer en la amistad. Luego lo ves con cara de no haber roto un plato. Me lo explique.
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