miércoles, 22 de octubre de 2014

Y dale con la moda.

Y si hablo de moda, necesariamente hablo de Kristel que vive la moda con exquisita actualidad... Lo tengo comprobado, la moda para Kristel es necesidad contagiosa. Y ahora hablo de mí para decir que si alguien me preguntara acerca de las tendencias de esta temporada no tendría dudas, incluso podría hablar de los complementos tan necesarios.

En el curso de la historia, la función de la moda ha ido cambiando paulatinamente. Primero fue un medio para resguardarse del frío y luego pasó a ser un instrumento de poder y ostentación. Aunque no lo necesite, es raro que una persona no tenga el armario repleto de ropa de temporada. Esto demuestra que la moda más que nunca sigue siendo un cometido social. Digo tenga el armario repleto o tenía, con perdón.

He de decir que la ropa tiene, además, un efecto psicológico sobre nosotros, porque si nos sentimos tristes de morir, podemos resucitar esa tristeza si vestimos colores más vivos. Preciso saber vestir, compaginar los colores. Si vamos a un funeral y no queremos desentonar, nos vestiremos de color morado. No me canso. Morado para el entierro, negro para el luto y gris para el alivio. Y si vamos a una boda o de ligue o a un sarao, que cada cual se las ingenie como quiera, porque no hay nada escrito si de moda hablamos, puesto que "el hábito no hace al monje".
 
Decía Voltaire que lo superfluo es esa cosa tan necesaria y tenía razón; mi niña dice que por una tarjeta Visa sin límite en la mano para poder darle caña en una trapería de moda sin piedad daría lo que no tiene. Yo la tengo a ella y ella a mí, lo demás no importa. (O importa menos).

1 comentario: