jueves, 9 de octubre de 2014

Los mineros asturianos.

Ayer me encontré con Eugenio, ahora más viejo y torpe al andar pero como siempre ciudadano comprometido con la sociedad. Y me habló de la corrupción en Asturias, de un sindicalista minero y de 1,4 millones de euros. Y que si sabía algo más de lo que los informativos dijeron. Le contesté que no, y me fui poniendo como disculpa que llevaba prisa (a nuestra edad el tiempo es oro). Es la primera vez que le miento y no sé por qué lo hice, quizá por vergüenza ajena.

En la antigüedad, los judíos estaban dominados por los egipcios, y Dios que todo lo sabe y todo lo puede, les amenazó con enviarles 7 plagas (nunca entendí por qué si eran 10 se dice que fueron 7. Alguien se quedó con las que faltan: se deduce que la corupcción viene de lejos) como castigo de no llevarse como hermanos (hermanos todos, primos ninguno, de ahí la sentencia divina). En sentido literal, se puede decir que más que una amenaza o castigo fue un soborno. Digo. El caso es que según el Antiguo Testamento, Dios, infligió al faraón para que dejara partir a los hebreos de Egipto. Fue, entonces, cuando Moisés y Aarón se acercaron a visitar al faraón y le dejaron claro que de no liberar a su pueblo Dios les castigaría de manera sucesiva con 7 ó 10 diez plagas, las que fueran, y que él pagaría las consecuencias. Pero el faraón dijo no. Así que Dios envió a los egipcios grandes padecimientos y al faraón no le quedó otro remedio que autorizar que los hebreos abandonaran Egipto. El tan conocido Éxodo (en hebreo Shemot). Para no alargar más el asunto, solo diré que las plagas tocaban de lleno la riqueza, la moral y la corrupción. O sea, poco o nada hemos cambiado, seguimos con los mismos problemas en la actualidad... O peor, que ahora anda Dios enamorado de la Magdalena y se despista de cuando en vez entre nubes de algodón dejando sus obligaciones desatendidas... Así este mundo patas arriba. Y todo por amor.

Los mineros asturianos, igual me lié pero el tema iba de los mineros asturianos, se han quedado sin fuerza para sostener su orgullo... ¡Este país está cambiando!, dice Rajoy, y es cierto, está cambiando, se nota desde Andorra, pero también desde las Islas Malvinas y las Islas Caimanes y las Bahamas y Suiza y Gibraltar y ya me vale.

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