domingo, 12 de octubre de 2014

Hoy es domingo.

De niño fui formado en la fe cristiana. En mi pueblo natal casi llego a ser monaguillo, era mucho para la época; pero canté en el coro de la iglesia que no estaba mal. Sea dicha la verdad.

De mayor abandoné la militancia en la fe cristiana, pero preservé con temor incurrir en el pecado, no porque pudiera achicharrarme en las cavernas infernales, sino por la sospecha de romper el equilibrio con alguna acción penada con el remordimiento de los 7 pecados capitales. Lo digo con orgullo, creo haber dominado gran parte de ellos. Me explico:

Soberbia, porque nunca perseguí gloria ni honores.
Avaricia, porque ya de niño la vida me situó y no me dio alternativas.
Lujuria, más o menos: soy carnívoro.
Gula, absolutamente.
Envidia, totalmente.
Pereza, ay...
Ira, la Ira se me ha hecho siempre muy difícil, y más cada mañana al ver y oír cómo va el mundo: el hambre y la enfermad que parece producirles el mismo efecto a los que mandan que a mí, pero ellos lo disimulan. La ira me hace perder la razón al ver esas monstruosidades, y con ella la fe religiosa.

Ahora, harto de estar harto, y sobretodo harto de que pierdan siempre los mismos y que nunca hereden los desheredados, para no seguir con el Serrat, considero que la sugerencia de Santo Tomás ante la ira recomendándonos paciencia para sufrir las adversidades con paz y serenidad, está fuera de mis capacidades. Mejor que ira, lo mío se podría llamar Ira ordenada cuando la venganza es justa, porque recae sobre quien la merece en grado superior. Según Crisóstomo, "quien se irrita sin motivo es culpable, pero quien se irrita con causa justificada no es culpable". Evidente, pues si no existiera la venganza no tendría sentido la doctrina como enseñanza religiosa.

Mi discurso de hoy domingo ha sido breve: simplemente pretendo burlarme de mi propio dolor... No soy más que un pobre viejo que considera que este mundo está ardiendo por los cuatro costados... Y mi pena se ahoga y mi Ira revienta. Sí, mi ira.

Hoy es domingo de ir a misa y decir la verdad.

4 comentarios:

  1. ¿Ibas a ser monaguillo? Jaja el monaguillo de soslayo con su túnica roja y blanca, meneando la campana talan talan talan o echandole humito a la gente con el incensiario ¿Así se dice? O recogiendo la limosna.

    ¿Que no los siete pecados eran diez? ¿O será que de tanto practicarlos, se volvieron cosa común? ¿O los diez eran los sacramentos? Creo que eran los mandamientos ¿No? Sepa la bola.

    ¿Dices paciencia? Nel, como dice La Bella ¡Jamas! No tengo paciencia con absolutamente nadie. Santo Tomas me excomulgaría, claro si pudiera pero como no puede psss me salvo.

    Tranquilo de soslayo, recuerda que el que se enoja pierde. Ademas no tienes que ser enojon, recuerda quue serás abuelo a los abuelos enojo es nadie los quiere.

    Bueno me voy, estoy escribiendo mucho y no debo hacerlo por el bien de tus ojos.

    Chido

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  2. Disfruta lo que queda del domingo.
    Te mando un abrazo.

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  3. Eso haré. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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