viernes, 31 de octubre de 2014

Excusa de conveniencia.

Cuando te fuiste hubo un sonido extraño... Algo sonaba a excusa de conveniencia. Eso pasó, sí, ¿para qué entonces volver al pasado si ya nada será igual? Además, a saber qué se esconde detrás de él... Por pensar en ti... Luego de tanto tiempo y sus inusitados momentos, ¿por qué o qué? Las respuestas pueden ser muchas, lo que evidencia que nada fue casual.

A estas alturas de la nostalgia no creo en más casualidad que el caprichoso amor que escribe el poeta “¡tanto tiempo esperándote, ¿y ahora qué? (Si me lees no me olvides). A esto le quedan dos telediarios (disculpa la vulgaridad). Se acabó o se acababará en breve; ya no valen excusas de conveniencia, la tuya no es creíble ni la eligió Dios, que como se sabe es ateo, está enamorado y es correspondido. O sea, no la necesita.

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