viernes, 17 de octubre de 2014

Apuesta por el amor.

Como un mendigo que inventara la manera de enriquecerse, el tema romántico de un verso, es cosa del amor en bandolera. Y es que somos un país de enamorados sin tiempo que dedicarle. Hoy, el principal obstáculo para enamorase es el tiempo. Me lo dijo una amiga después de decirme adiós con la cara de los entierros. No es que sintiera amor por mí, eso me dijo al irse, sino pena. ¡Sentía pena, Señor!. Decía que el amor y sus dones no estaban hechos para mí. Pero que siga escribiendo al amor si eso me hace feliz.

La creación literaria, si a esto se le puede llamar, es mi única salida al bendito amor. Todo es secundario ante la necesidad de amar y no ser correspondido... Así son las reglas de juego: si uno no quiere nada pasará. Qué triste el otoño, qué sola floreció la primavera, y el verano que no fue. Y del invierno esperar la aventura de la muerte. Pero según me cuentan, detrás de la locura, prisionera del amor y de esa duda, hay quien espera una palabra de amor. Yo apostaría por el amor...

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