miércoles, 11 de junio de 2014

Esto es inaceptable.

¿Cómo se vuelve a la verdad sin morir en el intento?

No nacimos pesimistas, nos hicieron. Es abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor y ver las razones por las que somos pesimistas. El hábito que hace al monje, y eso es todo. Y entonces el carácter es amargura y el alma llora y la vida se te hace añicos. Te hace, me hace, nos hace a todos. ¿Cómo vivir ante el pesimismo que provoca la intransigencia? Intransigencia que es indiferencia con los sentimientos... Luego de una vida nos damos cuenta que muy poco o nada hemos aprendido.

La ciudadanía hace funciones gubernamentales contra la pobreza. Sería el gobierno además de la ciudadanía, pero no. Y mientras, el gobierno está preocupado con sus porcientos de envidia mundial y prefiere morir de éxitos que aceptar la realidad. La voluntad ciudadana sin medidas económicas gubernamentales es insuficiente para dar de comer al hambriento. ¿Y los niños? Repito: ¿Y los niños? Los niños que son nuestros hijos... El pueblo no es pesimista por naturaleza. Y sin embargo...

La desigualdad es producto de la explotación y después aparece la corrupción para compensar: El dos por uno de las rebajas comerciales. Siempre ganan los mismos. Y siempre pierden los mismos que somos la inmensa mayoría. Ya la pobreza es una epidemia social. Esto es inaceptable.

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