domingo, 16 de marzo de 2014

Una de las amigas...

Una de las amigas más estupendas de mi esposa viene a tomar café y a charrar de sus cosas (que no son las mías). Y sin ningún tipo de cautela, le dice a mi esposa: "Siempre que vengo a tu casa ése (yo) lo veo sentado en el sillón contemplando la vida pasar, ¿no hace nada en casa? Una casa hay que dedicarle mucho tiempo, y tú apenas tienes tiempo para ti porque la casa.. (coje aire y toma un sorbo de café) y la casa. Hoy, por ejemplo, hace un día ideal para tomar una cerveza en la terraza de la avenida y tú en casa trabajando como si solo fuera tu obligación. A mí el mío me lo hace todo. Y muy bien".

Una de las amigas más estupendas de mi esposa tiene mucha suerte: su marido se lo hace todo en casa. Y muy bien. A pesar de los pesares. Sé que las obligaciones en una casa son compartidas, pero no solo la casa: yo hago muy bien lo que hago. No como otras que se acomodan en el sedentarismo y no les llega el tiempo para realizar alguna actividad física o mental. Es un perjuicio para la salud acomodarse. Las personas que no hacen nada están en mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. El tiempo no es excusa, es la disposición particular. El no querer. El cansarse. "Cada una en su casa y Dios en la de todas". Porque venga una de las amigas más estupendas de mi esposa a tomar café a casa y diga (que diga) no voy a cambiar de hábitos a estas alturas de la vida. (Y eso de que su marido se lo hace todo, y muy bien, había que verlo. O preguntárselo a él).

2 comentarios:

  1. Esas señoras tienen sometido al marido. Ha de ser gritona y mandona pero bueno si el lo permite ¿Que se puede hacer?

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  2. Tapones en los oídos. Salud.

    Beso.

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