jueves, 27 de marzo de 2014

Si yo fuera niño

Normalmente los niños imitan a los padres, ¿y si los padres imitáramos a los niños?

La inocencia, la confianza, la fe, la crítica, la hipocresía, y, sobretodo, la creatividad. A los padres nos lo dan todo hecho. Somos unos mandados que nos ordenan lo que tenemos que hacer y cómo; ni una pizca de creatividad nos permiten en la mayoría de los casos.

Unos y otras en una cadena de montaje, incluso en el campo se imponen fechas y horarios. Antes nos endomoniaba el "vuelva usted mañana" y ahora no es menos ofensivo pagar un 902 e ir apretando teclas según corren los minutos siguiendo la acción que impone una voz ordenada: para tal opción pulse 1, para la otra pulse 2, para volver a empezar pulse 3. Y luego de media hora al teléfono... Nuestro horario de atención al cliente es de 9 a 21 horas de lunes a viernes. Gracias por su llamada (y por su dinero, estúpido).

-¡Se me ocurre una idea!.
-Se te paga por trabajar, no para pensar.

Cuantas ideas brillantes quedarán en alguna mente rara esperando una primitiva para echarla a caminar... Los años de experiencia nos podrían revelar altamente capaces para producir alternativas inteligentes, pues no. ¿Cómo te lo explicaría, dona, para que me entendiaras? Si yo fuera niño.

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