jueves, 20 de marzo de 2014

El dolor de mi niña

La niña de mis ojos hoy ha ido preocupada por un mal asunto a trabajar. El trabajo cada vez se pone peor, ya no defendemos nuestro puesto de trabajo, sino que no nos despidan, la calidad no se valora, se trata de sacar la mayor producción posible y si las cosas no salen bien por las prisas o por cualquier otro contratiempo, adiós, muy buenas, te despiden sin contemplaciones. Otra parada más... Así las cosas. Y ahora esos sabios que Rajoy encargó el informe exhaustivo acerca de cómo subir los impuestos y rebajar los salarios sin que se note ya le han dado la fórmula. Los sindicatos no están de acuerdo, ni los empresarios consideran oportuno bajar más los salarios, pero Rajoy y su mayoría absoluta (recuerden) mandan.
   
Me duela que mi niña sufra. La entiendo, y nada puedo hacer. Solo puedo quedarme a dos pasos de ella, al borde de la incertidumbre. En ese sitio que la siento cerca de mí y que percibo sus sentimientos a veces tristes, a veces felices. Sentimientos del alma. Si al menos una sonrisa me transmitiera... Su sonrisa, cuando se posa en mi mirada la ilumina de tal manera que mi cuerpo vibra de emoción. Yo la protejo y ella ma da vida, calma todas mis inseguridades. Mi niña es la risa que sucede al llanto, el ruiseñor que canta al amanecer. La niña de mis ojos es un milagro para creer. Te saldrá todo bonito, mi niña... Mi niña, te quiero mi niña.

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