domingo, 2 de marzo de 2014

Ayer la noche me desveló y no sé qué pensar

Ayer, salimos a cenar con unos amigos, son una pareja que merecen la pena, y en un momento de la conversación salió dona a relucir. Ella es cuñada de Enric, no sé si me explico... Pero yo no quise hablar del asunto.

¿No habrá otro tema de conversación? Para mí dona es un sueño, una fascinante ilusión que comparto con la realidad. Un sueño de los dos que no quiero descifrar. Tengo tantos sueños con dona como historias compartidas. Cada día sueño con ella y al amanecer salgo a compartirlo por Les Seniaes.
 
La relación onírica que mantengo con dona no la comparto con nadie. En ese sentido, constituye un mundo paralelo, aunque no por ello menos real.
 
Ayer lo comentaba cuando paseábamos por Les Seniaes. Tú y yo, dona, tenemos mucha suerte, vivimos en un paraíso con un jardín inmenso lleno de naranjos en permanentemente floración, y nuestra casa es un palacio maravilloso con grandes habitaciones y salas de juegos y un sótano donde guardamos nuestros secretos, ¿será en el sótano donde tenemos escondida nuestra mala conciencia? No sé, ¿tú sabes qué es la mala conciencia y si tiene algo que ver con domir bien o mal? Te lo pregunto porque un día oí en el bar a dos amigas comentar que a su vecina la mala conciencia no la dejaba dormir...

Pero volviendo a lo que te quería contar, a los amigos de ayer... Cuando hago una nueva amiga nunca la saco del área restringida de mi imaginación. Le enseño mi casa: las habitaciones, el comedor, la cocina, pero nunca le enseño la puerta de salida, ya sabes. Mis amigas se quedan siempre en mis sueños. El caso que ayer fueron dos: Cathy y José, y están cerca de entrar a un nivel de consciencia que me desconcierta, es raro. ¿Será posible que la consciencia y la inconsciencia puedan ser capaces de complementarse? Hace días tan siquiera podían coexistir.
 
Me caen bien y creo que llegaré a quererlos; no tanto como a ti, pero algo parecido. No sé, dona, parece como si supiera que están a punto de juntarse los dos niveles y que sería capaz de adquirir la percepción de la realidad que tuve un día... La duda, como siempre trae consigo unas preguntas: ¿queremos que eso ocurra? Llevamos demasiado tiempo viviendo un mundo paralelo. ¿Estarías dispuesta a permitir que entraran en mi vida real? No quiero perder contacto con ellos ni contigo. Os podéis complementar si tú quieres. Eso sí, la primera siempre serás tú. (No me contestes ahora).

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