lunes, 3 de marzo de 2014

Adela

Tres meses después de dar a luz, su esposo la abandonó. En aquel momento Adela no tenía dinero ni trabajo, lo único con lo que contaba era con el corazón roto y su hija, Silvia. Adela tuvo que enfrentarse sola a la vida y se dedicó exclusivamente a sacar a su hija adelante. Por eso, ocho años más tarde, cuando apareció Alberto en su vida, dijo: "eres buena persona, me lo has demostrado, pero puedo involucrarme con alguien más joven que yo". (Alberto era 10 años menor que ella). Sin embargo, la única razón por la que no podía aceptar es porque él quería tener un hijo y a ella jamás se le ocurriría tener otro hijo.
 
En su relación de años trató de pelear sus sentimientos, pero el amor, la ternura y el compromiso de Alberto hicieron que un día dijera: Me caso con la condición de que nunca me pidas tener un hijo. Alberto aceptó y se casaron.  
 
¿Y por qué no?
 
Esta semana Adela y Alberto festejaron su séptimo aniversario. A la hora del brindis, Adela, se dirigió a su marido y le dijo: Al principio de nuestra relación tuve muchas dudas y lo que me preocupaba en aquel momento, es precisamente lo que hoy ha fortalecido nuestra unión. Ya no tengo inseguridades, ahora en vez de temores me siento orgullosa de estar con un hombre como tú sin importar la edad, y aunque no quería tener más hijos, he de decirte que voy a tener otro hijo.
 
La moraleja que se deduce enseña que no debemos cerrarle la puerta al amor, los años de una persona no tienen que ver con su madurez y calidad humana. En vez de fijarte en su edad, cerciórate que sea una persona íntegra, honesta y responsable. Y que te de su amor para corresponderle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario