sábado, 28 de diciembre de 2013

Justicia para el pueblo

Ante la inminente llegada del nuevo año, el Papa pide ni una familia sin casa y el Rey tirar del carro en la misma dirección. Lo único que no aparece en ningún párrafo de sus discursos es lo que tiene que ver con su moralidad, quiero decir sus actos.
   
El comentario de hoy es una redundancia, de soslayo se vuelve a repetir, a rizar el rizo cruel de lo ya planteando muchas veces para que lo lea el Papa y el Rey. ¡Qué osadía, soberbia tal vez!. No, no lo leerán, y como no les interesa saber, tampoco leerán la prensa. Para este año 14 sube el pan y la leche, sube la electricidad, los carburantes, el tren de cercanías y, sobretodo, sube el enfado y la ira del pueblo. En la política, como en el amor, no basta con vencer en la batalla: hay que ocupar la plaza pasando cuanto antes de las palabras a los hechos, o sea: Empleo y Sanidad y Educación y Discapacidad: Servicios Sociales. Estado de Bienestar. Justicia para el pueblo, que para buenos propósitos del nuevo año bastan los de cada cual. 
   
Una sociedad sin justicia vive asaltada por el terror, por el miedo a lo desconocido, porque teme por su futuro y el de sus hijos. Le horroriza pensar en la crisis de la que nadie escapa. Porque la crisis que padece este país es el terror de los terrores. Se describe el terror como un sentimiento de inquietud, incertidumbre, recelo, sospecha o aprensión hacia algo. Algunos temen a la enfermedad, montar en avión o en barco, caminar en la oscuridad o usar un ascensor. Otros temen los fenómenos naturales como las tormentas, rayos, relámpagos, terremotos o tornados. Y, como yo, los hay que temen a su propia sombra. De modo que cada persona está llena de temores. 
   
Lamentablemente, el pueblo teme por su futuro, y teme porque depende de la crisis, aunque no de la misma manera que ha comenzado a minar el ánimo del Papa y el Rey. El pueblo teme por su futuro, pero ya no le vale cualquier cosa; al pueblo solo le vale justicia. Y cambiaría el perfecto respeto al Papa, al Rey y su palabra, incluso a ellos mismos los cambiaría por justicia. No es retórica, tampoco es irrespetuoso, lo hay que vivir para saber de qué hablo. Y ellos no saben de qué hablo por mucho que digan. Justicia para el pueblo.

6 comentarios:

  1. El Papa y el Rey subidos en el mismo carro de la indiferencia, saludan al pueblo con sus manos con anillos de oro, aventando migajas en forma de palabras huecas que al ser recogidas por el pueblo desaparecen an sus manos. Es mi opinión, claro si se me permite..

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  2. ¿Si se te permite? Curioso. Beso.

    Salud.

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  3. Si , en realidad siempre opino. Hasta de lo que no se. ¡Mñeh! Pero psss no se quedarme callada. Yo y mi bocota.


    Oye de soslayo, dime la neta, ¿Algún día me harás el milagro de quitar la palabra verificadora? ¡Hijoles! Me cuesta uno y la mitad del otro ver cuales son.

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  4. Ea ea u u. :P

    Por eso me caes bien, eres buena onda (cuando quieres porque cuando no, ¡Ufff!)

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  5. Critica antes de que te critiquen... Beso.

    Salud.

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