viernes, 6 de diciembre de 2013

El Cofre de la Felicidad

De toda la vida tengo una caja de roble bien asegurada en la cabeza donde guardo mis peores recuerdos. Y los voy renovando, según aparecen unos descarto otros (los recuerdos, si son malos, cuantos menos mejor). También de toda la vida, está en el peldaño que dona tenía reservado en la escalera para cuando vengo después de irme, darme su aliento hasta que regreso completamente un cojín. El caso es que hoy bajaba a oscuras y tropecé con él (ay, si fuera ella) y la escalera se me hizo muy corta. Entonces, al llegar al final antes de tiempo adelanté al pasado y le sorprendí aletargado y he podido recordar. Y recordando creo posible que en la caja de roble que tanto temo derrame mis miserias, no todos los recuerdos son miserables. ¡Cuantos años perdidos en el limbo (según la Biblia)! Ahora recuerdo más o menos quién soy. Mis peores y mejores recuerdos mezclados, ¡joder, dona!.
 
Hace años que me busco y no me encuentro. Me gustaría recordar y en la caja de roble tal vez tenga indicios... Estoy confuso, no me adentro del todo en mi pasado, creo que si dona estuviera... o su cojín más arriba para que el golpe fuera mayor y me adelantara más en el tiempo... Lo que sí me dejó claro mi memoria es que la caja de roble que guardo celosamente en mi cabeza no es una caja sino un cofre, y mágico, y se encuentra la felicidad del mundo... y yo soy su guardián. Contaré lo que recuerdo según me venga a la memoria y así me servirá de acreditación como guardián de El Cofre de la Felicidad que fui. Desde hoy quiero ser el que fui, y para ello he de saber, tal vez contando lo que sé recuerde mi pasado. Va:
 
Desde siempre hombres poderosos me ofrecieron inmensas fortunas por El Cofre de la Felicidad. No sé cómo llegó hasta mí, eso no. Algunos, recuerdo, intentaron sobornarme, otros planearon cómo robármelo. Pero todos, sin excepción, mientras más intentaban obtenerlo más se llenaban de envidia y más infelices se sentían.
 
Recuerdo que un día llegó un joven y me dijo: "¿Compartirías conmigo el secreto? Yo también quiero ser feliz". Le miré a los ojos y vi brillar en él la sinceridad y decidí ponerle a prueba. Abrí una caja y saqué un pergamino en el que estaba escrito en cuatro sencillos principios el codiciado secreto de la Felicidad. Toma, le dije, léelo y dime si serás capaz de llevar a cabo los principios escritos en este pergamino y así confiarte el secreto de la Felicidad. Lo cogió y comenzó a leer:
 
El primer principio es que cada mañana, al despertar debes agradecer a Dios por lo que ya tienes. La oportunidad de vivir, de hacer tu trabajo bien hecho, de amar a quien te ama y compartir todas las cosas materiales que están a tu servicio.
 
El segundo principio es que debes repetirte que eres valioso, inteligente y capaz. Debes marcar y fijar metas importantes para ti.
 
El tercer principio es comprender el poder que hay en la acción. Sin la acción tus metas carecen de valor. Con la acción estarás siempre motivado.
 
El cuarto principio es mantenerte en constante aprendizaje. La forma de llegar a ser mejor es aprender algo útil cada día. Es tal como subir una escalera, sube un peldaño diario y te sorprenderás la altura que pronto alcanzarás.
 
-¿Eso es todo?
 
-Sí, eso es todo, ¿serás capaz de llevar a cabo los cuatro principios? le pregunté, y sin contestarme se alejó despacio por sus mismos pasos sin darse la vuelta. No volví a ver al joven, desde luego la prueba no la pasó, El Cofre de la Felicidad aún sigue en mi cabeza.
 
¿Tan complicado es para la humanidad saber que la clave está en comprender que la felicidad está en crearla mediante sencillos pero poderosos principios cada día?

4 comentarios:

  1. El primero: Doy gracias a dios por dejarme despertar pero Shhh no lo digas recuerda que la MaLquEridA es atea por gracia divina.

    El segundo, mmmm soy inteligente pero valiosa, mmm, le preguntare a mi familia. Para mi alguien valioso es imprescindible y yo, pues no.

    Tercero, me falta hacer cosas buenas, las pienso, ayudar y eso pero nadamas lo pienso y no hago nada.

    Cuarto,, aprendo de la mano de Natalia y de lo que leo. No se si es suficiente.

    Ayer supe de nuevo que la felicidad esta en mi y que si no quiero serlo, nadie lo sera por mi.

    Entonces según esto, tampoco paso la prueba. ¡Estoy jodida, siempre repruebo!

    Igual soy feliz, ¿Y tu?

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  2. Según te explicas eres feliz pero no lo sabes; al contrario que yo que soy feliz y lo sé. Beso.

    Salud

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  3. Ahora mas que nunca soy feliz pero si lo digo y lo repito quiere decir que no lo soy tanto.

    La felicidad, me abruma pensar en ella porque soy y ya. Me gusta saber que eres feliz porque me hace serlo también.

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