jueves, 17 de octubre de 2013

Ténganse miedo si vienen a por mí

Thomas Jefferson, dijo un día: "Me gustan más los sueños del futuro que la historia del pasado". Y yo digo que tenía razón. Me explico:
 
Digo que no recuerdo mi pasado y que ni siquiera creo haberlo vivido, y es verdad. Pero quizá sea mi consciencia que me impide recordarlo porque no merece la pena. Pudiera ser. Mi consciencia nunca me haría daño, ni me delataría de haber cometido algo penado por la ley. Me llevo muy bien con ella, tal vez porque nunca intenté manipularla ni dejé que nadie lo hiciera. Se ve que para mí el pasado no es un tema que me atraiga demasiado para escribir. La verdad es que si tengo un presente para qué hablar del pasado... No es mi intención hacer creer a nadie que soy un ser despreciable desagradecido de mi pasado; de quién me amó, ay, de las amigas idas, de los amigos del cementerio, pero me gusta más vivir el presente y soñar un futuro mejor para todos y todas... Sin embargo, hay más de mi pasado de lo que mi subconsciente sabe. Lo digo por si hay alguien que cree que estoy solo y mal informado, que sepa que tengo información suficiente sobre la vida como para disuadir a quien corresponda de cualquier decisión, aunque la tuviera tomada. Así que nadie se engañe, estoy dispuesto a ir a dónde fuera para defender mi situación actual. ¿Chantaje? Mejor digan que son culpas del pasado y no mías. Pero llegado el caso, y si alguien viniera a por mí con malas intenciones, si me denunciaran ante los tribunales de justicia, como testigos en mi defensa irían la multitud de grillos y luciérnagas que me anuncian cada día la larga y estrellada noche, y la posterior llegada de las buenas madrugadas. Sé de gente ida (ayer precisamente renové sus amistades) con la que puedo contar para mi defensa que pretenden reconstruir el orgullo, la dignidad, el sentido de la pertenencia tirando a la basura el pesimismo enfermizo y la marginación... Y llegado mi turno, diría de la vida que sé que está llena de ilusionados esfuerzos por realizar, de éxitos y fracasos, y también de rosas frescas y marchitas. Y a más, que sigo esperando con entusiasmo el deslumbrar de una aurora que llegará distinta, como un día es diferente a otro. Y que nadie se llame a engaño, sé con quién hay que hablar para superar la exclusión social, el revanchismo y la intolerancia, enjuagarse las lágrimas y hacer reír. Sí, hacer reír.
 
En fin, soy una persona que la vida ha curtido sin añoranzas pero con orgullo, sin pesimismo pero con franqueza; soy exactamente lo que he sido cuando quise morir y no pude por miedo a sobrevivir, y seré capaz de hacer lo que sea, sin miedo a las consecuencias ahora que quiero vivir. Así que ténganse miedo si vienen a por mí.

5 comentarios:

  1. ¡Aquí estoy!

    Yo no vengo por ti, yo vengo a quedarme contigo por mas que no lo quieras. Soy un lastre del que no te podrás deshacer por mas que lo quieras.

    Y bueno, comienzo a leerte como siempre, de adelante para atrás.

    Un beso contento.

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  2. Por cierto se me olvidó decirte, ¨corro¨ el 27. ¿Estarás conmigo como la vez pasada? Ojalá que si.

    Un beso

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  3. Hazme el favor y no llegues la última. Estaré. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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